Extrañamente Murakami no es un apellido desconocido para los salseros, los que dieron un paso adelante hacia el sonido de los 90s al leer MURAKAMI recuerdan uno de los álbumes más valiosos de la timba, obra del genio José Luis Cortés, el Tosco, me refiero al album Échale Limón de 1992, con NG LA BANDA.
MURAKAMI's Mambo y Danzón Rio Sumida, composiciones de El Tosco, fueron un regalo de agradecimiento al Japón, país que acogió a NG LA BANDA con un afecto casi latino en su gira nipona, y donde también grabaron el álbum Échale Limón incluyendo estos dos legendarios temas homenaje. Ryu Murakami, el Murakami que conocemos los salseros, es uno de los japoneses mas entusiastas de la música cubana, ha sido productor de grabaciones como la de NG LA BANDA, asi como productor de recopilaciones de música cubana que se han caracterizado por su alta calidad de sonido y por rescatar grabaciones olvidadas de grandes de la música contemporánea de la isla que inventó el son.
Pero bueno, íbamos a hablar del otro Murakami, de Haruki el eterno candidato al nobel que además es un gran melómano del jazz y comparte la melomanía con Ryu pero no sabemos si son familia, quizás Murakami solo sea un apellido muy común en Japón como Pérez en Colombia.
Murakami, el escritor, ha sido un gran escucha del jazz desde sus tiempos de estudiante y alguna vez visitó una exposición llamada Jazz del pintor Makoto Wanda, otro melómano, que correspondia a retratos de 20 grandes figuras del jazz; de esta exposición, y luego de otra llamada Sing también de Wanda, se inspiró Murakami para escribir RETRATOS DE JAZZ. Es decir que Wanda escogió los artistas y Murakami escribió para cada uno de ellos una reseña breve e íntima, Wanda pintó solo dos nuevos artistas para el libro como bonus track, Art Pepper y Gil Evans.
Cada texto que acompaña los retratos de Wanda es en parte el relato del momento del encuentro de Murakami con el músico y su música, todos a través del vinilo; nos cuenta Murakami como le impresionó cada melodía, cuales canciones quedaron adheridas como banda sonora a sus recuerdos, dejándonos también valiosas recomendaciones musicales de cada artista. Relata brevemente la vida, no pocas veces trágica y corta, de cada artista del jazz, su genialidad acompañada de marginalidad, ya que el jazz como la salsa son expresiones germinadas en la calle y la pobreza, con la raíz principal en África, el jazz con un componente afro mas fuerte que en la salsa, ya que en el jazz los músicos blancos eran la excepción.
Murakami nos confirma que somos los melómanos una colcha de recuerdos cosidos por melodias, y en este caso la colcha esta adornada por los retratos atómicos del jazz de Makoto Wanda.
Nov-13-2025