Fue el sábado 18 de octubre llegando al medio día, no era la una aún; confieso que cuando pongo la radio escucho rock, pero esta vez quise sintonizar una emisora de salsa, lo evito si, me molesta que programen los mismos cinco discos de un artista siempre, en los tiempos del walkman siempre llevaba un cassette, y solo colocaba la radio para escuchar los programas salseros de los sábados en las emisoras universitarias. Los audífonos son casí una obligación para el melómano para no perder ese contacto con la melodía que siempre nos debe acompañar, un camino largo o corto debe ser con los audífonos puestos.
Eddie Palmieri nunca ha sido un artista comercial, desde hace varias décadas quedó detenida su discografía para la radio caleña, suena ajiaco caliente y hasta ahí (quizás palo pa' rumba?), eso es increible, ni siquiera lo que hizo con La India mereció ser transmitido por la frecuencia modulada. Para los melómanos si ha sido de culto lo hecho por Eddie, desde sus gruesos montunos con la voz de Pat Quintana, hasta la exquisites y contundencia de su latin jazz, siempre llenó los escenarios cuando se presentó en Cali.
Volviendo al bonito día del 18 de octubre con el sol del medio día obligándome a buscar sombrita, caminaba por la acera, cambié del rock a La Máxima solo por unos segundos ya que estaba a cuatro pasos de la "jaus"; se escuchaba en la emisora el susurro de un tema que estaba terminando y que no logré identificar, luego, un segundo después, el sol retumbó en mis oídos, la limpia y brillante trompeta de Víctor Paz me liberó del sopor matinal con un golpe fuerte y fresco como la cascada de agua que se estrella en las piedras de la Chorrera del Indio.
Fue entre 1987 y 1988. Gary Domínguez tenía un programa en la radio los lunes en el precioso horario de 11 pm a 1 am en una emisora que creo estaba en el mismo dial de la Máxima, Bienvenida Stereo se llamaba, creo, a estas alturas muchas cosas se vuelven conjeturas, el programa se llamaba Raza Latina, y allí fue la primera vez que escuché la brillante trompeta de Víctor Paz seguida luego por el piano rudo de Eddie Palmieri, de eso si estoy seguro. El formato del programa era como el de las audiciones de la Taberna Latina, la discografía de un artista, sus canciones y las historias detrás de ellas. Y en una de esas noches de lunes sonaron completos los 14:20 minutos del tema de Eddie Palmieri.
Eddie Palmieri fue el primero en ganar un Grammy a la música latina, categoría creada en 1975. Los nominados eran pesos pesados en la salsa de nueva york, entre ellos estaban Willie Colón con El Bueno, El Malo y el Feo (indirectamente la primera nominación de Ruben Blades), Ray Barretto con el álbm Barretto, La Fania All Stars con su concierto del Yankee Stadium y Mongo Santamaria con AfroIndio. Realmente cualquiera de ellos merecía el Grammy, grabaciones llenas de calidad y sabor, el sello Fania dominaba el ambiente, y se esperaba que una de sus producciones ganara el Grammy, pero THE SUN OF LATIN MUSIC bajo el sello COCO RECORDS fue la que quedó en la historia por marcar este primer hito.
Mientras abría la reja del antejardín la trompeta de Víctor Paz brillaba en mi oído, la ola de recuerdos pasaba mientras Eddie Palmieri arremetía en el teclado y empeza a acompañar Eddie Guagua con su contrabass. La segunda parte de UN DIA BONITO de Eddie Palmieri se desarrollaba plena en una emisora de radio comercial mientras entraba a la "jaus" y me recostaba en el sofá, sonaron los 6:11 minutos completos y sin cortes, la voz diáfana de Lalo Rodríguez y el inmenso solo de conga de Tommy López inundaron el espacio mientras mi gato buscaba la forma acomodarse a dormir a mi lado.
Fue un día bonito.
Oct 28-2025