Del año 2,007 traemos este excelente trabajo del percusionista Edgardo Cintron, nacido en Kansas, USA, pero con orígenes puertorriqeños, con influencias musicales tan disimiles como son Charlie Parker, Stevie Wonder, Carlos Santana y Tito Puente. Nacido en 1,958, a principios de los años 60s se traslada a la Costa Este de los Estados Unidos, de allí su sonido tan característico. Desde muy joven forma su propia banda Los Tropicales, tocando en fiestas latinas y Hoteles.
El trabajo que aquí presentamos se titula: “De padres a Hijos” con su banda The Azuca Band, del año 2,007. Para esta producción se hace acompañar de los siguientes músicos:
Edgardo A. Cintron: timbales, congas, guira, cowbell;
Noel Cintron: congas, vocals;
Angel Velez: Trumpet, vocals;
David Colon: Piano, bass, lead vocals;
Gilberto Cruz, Jr.: baritone sax;
Humberto Alicea: trombone;
Papo Buda: bongos, cowbell, guira;
Jimmy Lopez: piano, bass, vcals;
Roosevelt Walker Jr.: guitar
William Murray: piccolo, soprano and tenor sax;
Michael Pedicin Jr.: tenor sax;
Edwin Centeno: bongo, cowbell, guira
Reconocemos entre estos músicos al trompetista Humberto Alicea quien tiene un trabajo en solitario con un par de temas de buena realización.
Los temas contenidos en este trabajo son covers de grandes temas de la música latina, pero arreglados y con el sonido particular que le imprime Edgardo Cintrón, con buenos arreglos en la sección de brass, y con una base rítmica bien acoplada. Se destacan en esta producción los temas Azúcar y vámonos pa’l monte de Eddie Palmieri, y el tema Picadillo de Tito Puente. Para saber mas de Edgrado cintron y contrataciones los invito a visitar su página en el ciberespacio www.edgardocintron.com.
Ya que llegaste hasta aquí bájate algunos temas de Edgardo Cintron
MUCHACHA de Mario Benedetti
La calle queda absorta
deslumbrada
Si desnuda te sueña la mirada
Sos carne de cañon o de censura
Las vidrieras reflejan tu figura
Y el maniquí te envidia la fachada
Tu presencia es un riesgo
todo o nada
Tu encanto es integral
base y altura
El requiebro vulgar no te arrebola
Parecés satisfecha con tu suerte
No te inquietan azares ni aureola
Quizá porque estás lejos de la muerte
Ya que la sombra te ha dejado sola
Aprovecha la luz para esconderte.
No es verdad que el mundo está todo descubierto. El mundo no es sólo la geografía con sus valles y montañas, sus ríos y sus lagos, sus planicies, los grandes mares, las ciudades y las calles, los desiertos que ven pasar el tiempo, el tiempo que nos ve pasar a todos. El mundo es también las voces humanas, ese milagro de la palabra que se repite todos los días, como una corona de sonidos viajando en el espacio. Muchas de esas voces cantan, algunas cantan verdaderamente. La primera vez que oí cantar a Tania Libertad tuve la revelación de las alturas de la emoción a que puede llevarnos una voz desnuda, sola delante del mundo, sin ningún instrumento que la acompañara. Tania cantaba a capella "La Paloma" de Rafael Alberti, y cada nota acariciaba una cuerda de mi sensibilidad hasta el deslumbramiento. Ahora Tania Libertad canta a Mario Benedetti, ese gran poeta a quien tan bien le sentaría el nombre de Mario Libertad... Son dos voces humanas, profundamente humanas, que la música de la poesía y la poesía de la música han reunido. De él las palabras, de ella la voz.
VOTA CON LUCIDEZ
Antes que colocaran la valla de uno de los tantos candidatos políticos cuya única virtud es la ironia de sus mensajes, estaba esta que les presento que desgraciadamente estaba en inglés, pero nos invitaba a actuar con lucidez antes de tomar nuestra decisión electoral; que no se quede en rojo el desarrollo de esta CaliCaribe al hacer una mala elección.
Como se que es difícil, imposible creo, encontrar alguien confiable para que atienda de manera correcta el destino de nuestra CaliCaribe, tocará votar como lo propone José Saramago en una de sus atómicas novelas, Ensayo sobre la lucidez:
Como se que es difícil, imposible creo, encontrar alguien confiable para que atienda de manera correcta el destino de nuestra CaliCaribe, tocará votar como lo propone José Saramago en una de sus atómicas novelas, Ensayo sobre la lucidez:
"En las casas, en los cafés, en las tabernas y en los bares, en todos los lugares públicos y privados donde hubiese un televisor o una radio, los habitantes de la capital esperaban, más tranquilos unos que otros, el resultado final del escrutinio. Nadie compartía confidencias con su vecino acerca de su voto, los amigos más cercanos guardaban silencio, las personas más locuaces parecían haberse olvidado de las palabras. A las diez de la noche, finalmente, apareció en televisión el primer ministro. Venía con el rostro demudado, con ojeras profundas, efecto de una semana entera de noches mal dormidas, pálido a pesar del maquillaje tipo buena salud. Traía un papel en la mano, pero casi no lo leyó, apenas le lanzó alguna que otra mirada para no perder el hilo del discurso, Queridos conciudadanos, dijo, el resultado de las eleccio-nes que hoy se han realizado en la capital es el siguiente, partido de la derecha, ocho por ciento, partido del medio, ocho por ciento, partido de la izquierda, uno por ciento, abstenciones, cero, votos nulos, cero, votos en blanco, ochenta y tres por ciento"
Mi negrita me espera: Menino de Braçanã
Mi negrita me espera, la inmortalizaría el Sonero Mayor en el álbum Lo último en la avenida del año 1971, que hiciera con Kako Bastar. Este tema se usa mucho en Cali como closing theme cuando llega la hora de acabar la rumba.
Su nombre original Menino de Braçanã, canción brasilera compuesta en el año 1,953 por Luis Vieira & Arnaldo Passos, dedicada a esa región del Nordeste brasilero llamada Braçanã. La canción fue llevada a Puerto Rico por el pianista ciego Carlos Suárez quien pasó una temporada en Brasil acompañando a Mirta Silva y su grupo Los Dandies, luego hizo la traducción al español, se la entregaría al gran Maelo y la llamaría Mi negrita me espera….
Es tarde ya me voy…. Mi negrita me espera…
Paquito y su nuevo hijo: Frankly
Este disco se nos quedó por fuera en el conteo del 2009, aunque advierto que no es precisamente una apología al barrio y a la salsa brava. Es un trabajo de latin jazz muy sentido y con muchos matices para saborear.
Paquito Hechavarria aunque un excelente pianista y jazzista por excelencia nunca ha sido un músico de culto, de hecho la obra de este reconocido interprete cubano ha estado fuertemente ligada al catalogo de los Estefan y a todo el elenco de estrellas cubanas del exilio radicadas en Miami: Jon Secada, Rey Ruiz, Willy Chirino, Albita Rodríguez y por supuesto Gloria Estefan. Su único intento por sonar en nuestra camaleónica radio colombiana fue a través de una pieza de salsa romántica en la voz de Rey Ruiz llamada Piano, pieza que da título a su producción grabada en 1994 para Sony Music. De aquella obra los bares y lugares de melómanos, sonaron Ligth My Fire y Just The Two Of Us.
En esta producción si mal no recuerdo, interpretó el bajo el gran Salvador Cuevas y el Guagua Rivera, algo que sorprendió a los conocedores al ver también la participación del gran Edwin Bonilla, Cheito Quiñónez y hasta Ed Calle y Dana Teboe, dos infaltables en cualquier producción de Miami. El álbum, producido por Rey Nerio en lo personal me llevó a reflexionar sobre lo que sucede cuando la música se produce bien. Lo digo no porque tenga autoridad para cuestionar su calidad musical, esto es algo que no pongo en duda, si no porque además descubrí que un disco de jazz latino o cualquier otra cosa, cuando lo apadrinan figuras estelares de Miami, su impacto puede ser superior y hasta alcanzar nominación al Grammy y alcanzar una etiqueta de latin jazz mas bien “comercial”.
Pasaron casi 15 años para que volviera a tener en mis manos un disco de Paquito, confieso que lo compré después de ver que el disco se había grabado en The Studio de Nueva York producido por Fernando Trueba en Calle 54 Records de la mano del gran Nat Chediak, con músicos de la talla de Andy González (contrabajo), Danis Prieto (batería), Pedro Martínez (percusión), Phil Woods (saxo alto), Brian Lynch (trompeta) e Ileana Santamaría (coros). Una nomina de músicos que me sorprendió y me llevo a pensar que Paquito estaba en otros rumbos de la mano de productores que han sorprendido en otros momentos por la calidad de sus obras.
El disco titulado Frankly en honor al gran Sinatra logra un excelente sonido, mezcla y producción, algo que permite alcanzar su objetivo, introducir legendarias melodías del cancionero del gran Frank Sinatra en una atmosfera cubana, algo jamás imaginado ni por el mismo Norman Granz en su gran época en el sello Verve. Paquito por su parte hace lo suyo, nunca ha sido un showman que sorprenda por maromas, excesos y pirotecnias en la ejecución, así que en este disco, apenas para su estilo, su ejecución transcurre tranquila y muy sentida; no se por qué pero los pianistas de su generación impactan por la tranquilidad que le imprimen a su interpretación y la cadencia pausada de su toque. Esto traducido en música se resume en una sola palabra: sabiduría. La misma que tiene Bebo, Rubén González o el mismísimo Lecuona.
No entraré a cuestionar o recomendar canciones porque pienso que la simpatía con el corte que más le impacte al oyente depende de muchas variables, entre ellas: el equipo donde uno lo escuche recién destapado, la mujer que lo acompañe en ese momento y el trago que uno esté tomando mientras el disco transcurre. Los discos finalmente son así, por eso prefiero escucharlo con calma y digerir esta nueva faceta de Paquito “erudito” no vaya a ser que termine diciendo que es el disco del siglo cuando apenas el álbum logre modestamente sorprender a melómanos y coleccionistas, quienes finalmente tienen la palabra..
Apoyo lo que dice el mismo Paquito en una entrevista para un medio en España “es el mejor disco de mi vida” estoy de acuerdo amigo, no conozco los demás pero me quedo con tu nuevo hijo Frankly.
Dejamos para tu disfrute un download con un par de temas de Paquito Hechavarría.
BEBO VALDÉS: EL EXILIO DE UN MITO
Siempre me había intrigado la salida de Cuba de Bebo Valdés y su desaparición de la escena musical, hasta que lo volvimos a ver gracias a Fernando Trueba en Calle 54 y de ahí en adelante su resurgimiento cual estrella del Buena Vista Social Club. Para esclarecer nuestra duda aparece este artículo del magazine del periódico El mundo de España, el cual transcribimos para satisfacer la curiosidad del melómano inquieto.
Bebo fue además objeto de claras amenazas: «Cuando me fui, ya me habían amenazado con 20 años de cárcel, como hicieron con muchos amigos. Mira, aquí damos paredón a cualquiera, eso era lo que te decían los que iban vestidos de paisano, que tenían mucho que ver. Un día fui a una transmisión a la radio, y al entrar me ponen la metralleta y me dicen: ‘Tú no puedes entrar’. Y digo: ‘Pero, mi orquesta toca a las siete…’. Y responden: ‘Aquí la única persona que no está integrada eres tú’. Ésa era la palabra. Y tenías que ir a donde te mandara el miliciano, y hacer lo que te dijera. Yo estaba muy mal visto. Los mejores amigos, yo no los critico y los quiero, pero se quedaron. Así que paredón y 20 años de cárcel, y entonces llamé a Reiter [Frederick Reiter, productor, representante y amigo de Bebo] y lo preparé todo para irme. No se lo dije a nadie, ni a mi orquesta ni a mi hijo. No podía».
Para Bebo el final llegó después de un mitin al que asistió una gran multitud en La Habana en 1960: «Un día vino a casa un capitán de la guardia revolucionaria. Quería que yo le acompañase a la plaza, donde Castro estaba dando un discurso. Le pregunté si habría música y me contestó que Castro era música. Me exigían que me afiliara al Partido. Mi libertad de movimiento se estaba disminuyendo».
Uno de los propósitos del mitin era demostrar al mundo el enorme apoyo popular que tenía el nuevo régimen. Se habían propuesto como meta reunir a un millón de personas, meta inalcanzable sólo con bellas promesas; había que presionar. Los autocares partían de la sede de Radio Progreso para llevar a los empleados a la Plaza Cívica. El mitin coincidía con uno de los dos días libres de Bebo y él no tenía la más remota intención de ponerse a disposición de la revolución; la política no le interesaba.
La negativa de Bebo se saldó con una dura reprimenda por parte del nuevo director de Radio Progreso, un nombramiento político. Bebo percibía que la hora de partir se estaba acercando. Debía irse. «No tengo nada en contra del pueblo cubano, de los cubanos. Tenía sólo un problema. Siempre he dicho lo mismo. No me gusta el régimen y punto. No digo que sea bueno ni malo, sólo que no me gusta».
El 26 de octubre de 1960, Bebo Valdés abandonó Cuba en compañía de Rolando Laserie y Tita, la esposa de éste. Pilar, su mujer, y Raúl, su hijo, les llevaron al aeropuerto. La versión oficial era que Bebo y Rolando viajaban «para cumplir un contrato en México», un contrato que no existía. «Bebo dijo que tenía una gira por México con Laserie y Pío Leiva. Iba a estar un tiempo en México, hasta diciembre. Eso fue lo que me dijo», asegura [su hijo] Chucho. Antes de irse, Bebo tuvo que firmar un documento en el que decía «que viva la Revolución». «Yo lo firmé, qué iba a hacer. Si no firmo no me voy. Me registraron de arriba abajo. Si hubiera llevado un peso cubano tampoco me hubiera ido».
Así que Bebo llegó a México sin un peso en el bolsillo. Sólo se trataba de marcharse. «Pero una vez allí nos hacían un contrato». Bebo y Rolando empezaron en La Terraza Casino. Juraron solemnemente que no regresarían jamás a Cuba y rompieron sus pasajes de vuelta con la Compañía Cubana de Aviación. «Yo fui uno de los primeros músicos que se fueron de Cuba. Fue difícil pero inevitable. Abandonar a tus hijos y abandonar tu casa con un contrato incierto y sabiendo que no podías volver más a tu tierra. Hice como Cortés en Veracruz cuando quemó las naves… Me dijeron bien: ‘O te vas o vas preso o te fusilamos. O estás con nosotros o no estás’. Yo tuve que escoger. Mi padre me dio un abrazo y me dijo que no le iba a ver más. No lo vi más. La última vez que habló conmigo, en 1977, mi mamá dijo que aunque olvidara nunca olvidara lo que fue mi padre y lo que yo fui… Yo sabía que todo lo iba a perder pero si tuviera que tomar una decisión de nuevo tomaría la misma decisión, y nada me remordería» [...].
Los Lecuona Cuban Boys [grupo al que Bebo se había incorporado en 1962 estando en España] llegaron a Suecia el 17 de abril de 1963. Habían sido contratados por Ove Hahn, el jefe artístico de Gröna Lund, el parque de atracciones más antiguo de Suecia y el número dos en cuanto a visitantes y extensión. Con cuatro orquestas activas al mismo tiempo, era un lugar que ofrecía amplias oportunidades de trabajo a los músicos. Como empleador de músicos en Suecia sólo lo superaba Radio de Suecia. Gröna Lund fue construido en 1883. Al principio fue un proyecto de aspiraciones muy modestas, pero con el transcurso de los años la actividad se expandió. Los años 30 fueron una época de prosperidad. Los negocios marchaban bien y la empresa se consolidaba. La elite del jazz sueco tocaba regularmente en sus pistas de baile.
Los espectáculos de Gröna Lund, que continuaron con éxito durante la guerra, pronto dejaron de tenerlo. Alrededor de 1960, cuando la empresa estaba prácticamente al borde de la quiebra, un cambio generacional en la dirección del parque llevó a la modernización de las actividades, a una ofensiva publicitaria dirigida por un jefe de publicidad de 25 años y a una oferta de actuaciones de gente de fama mundial lanzada por un director artístico de 26 años, Ove Hahn. Estos cambios anunciaron una nueva era dorada. Louis Armstrong, Count Basie y Duke Ellington actuaban allí con frecuencia y, al acabar los conciertos, el público de Gröna Lund podía bailar al son de sus orquestas. Uno de los establecimientos más importantes del parque era el restaurante Tyrol […].
En el Tyrol, la orquesta tocaba entre las ocho y las 12 de la noche. El contrato original era de dos semanas, pero una vez más los cubanos tuvieron mucho éxito, incluso cuando tocaron para la familia real de Suecia, y el contrato se prolongó durante bastante más tiempo. La banda actuó también en Gotemburgo para el vicepresidente de EEUU, Lyndon Johnson, que estaba de visita allí. El mismo Bebo estaba muy impresionado [...].
Según Ove Hahn, la visita de los Lecuona Cuban Boys en 1963 «fue una de las actuaciones más memorables que se dieron en Gröna Lund. Había muchos caballeros apuestos en la orquesta, y eso implicaba que hubiera muchas damas en el público, lo que a su vez implicaba que numerosos chicos vinieran a Tyrol para ligarse a las chicas que venían a ver a los músicos. De allí el gran éxito. En el sentido literal de la palabra se veía a la orquesta. Un número que fascinaba a todo el mundo era uno de esos de Lecuona cuando todos los músicos tocaban las maracas. Apagaban las luces. Todas las maracas estaban provistas de bombillas, de manera que lo único que se veía eran las maracas moviéndose en la oscuridad. Toda la música que se tocaba era de muy buen gusto. La música de Lecuona es exquisita, es decir, que se contaba con un buen repertorio. Y cuando Bebo llegó a ser arreglista todo estuvo muy logrado. Además era un pianista solista muy destacado y tenía unos números para poder lucirse, unos verdaderos números de show-off».
para leer la nota completa dirigirse a www.mundo.es.
Bebo fue además objeto de claras amenazas: «Cuando me fui, ya me habían amenazado con 20 años de cárcel, como hicieron con muchos amigos. Mira, aquí damos paredón a cualquiera, eso era lo que te decían los que iban vestidos de paisano, que tenían mucho que ver. Un día fui a una transmisión a la radio, y al entrar me ponen la metralleta y me dicen: ‘Tú no puedes entrar’. Y digo: ‘Pero, mi orquesta toca a las siete…’. Y responden: ‘Aquí la única persona que no está integrada eres tú’. Ésa era la palabra. Y tenías que ir a donde te mandara el miliciano, y hacer lo que te dijera. Yo estaba muy mal visto. Los mejores amigos, yo no los critico y los quiero, pero se quedaron. Así que paredón y 20 años de cárcel, y entonces llamé a Reiter [Frederick Reiter, productor, representante y amigo de Bebo] y lo preparé todo para irme. No se lo dije a nadie, ni a mi orquesta ni a mi hijo. No podía».
Para Bebo el final llegó después de un mitin al que asistió una gran multitud en La Habana en 1960: «Un día vino a casa un capitán de la guardia revolucionaria. Quería que yo le acompañase a la plaza, donde Castro estaba dando un discurso. Le pregunté si habría música y me contestó que Castro era música. Me exigían que me afiliara al Partido. Mi libertad de movimiento se estaba disminuyendo».
Uno de los propósitos del mitin era demostrar al mundo el enorme apoyo popular que tenía el nuevo régimen. Se habían propuesto como meta reunir a un millón de personas, meta inalcanzable sólo con bellas promesas; había que presionar. Los autocares partían de la sede de Radio Progreso para llevar a los empleados a la Plaza Cívica. El mitin coincidía con uno de los dos días libres de Bebo y él no tenía la más remota intención de ponerse a disposición de la revolución; la política no le interesaba.
La negativa de Bebo se saldó con una dura reprimenda por parte del nuevo director de Radio Progreso, un nombramiento político. Bebo percibía que la hora de partir se estaba acercando. Debía irse. «No tengo nada en contra del pueblo cubano, de los cubanos. Tenía sólo un problema. Siempre he dicho lo mismo. No me gusta el régimen y punto. No digo que sea bueno ni malo, sólo que no me gusta».
El 26 de octubre de 1960, Bebo Valdés abandonó Cuba en compañía de Rolando Laserie y Tita, la esposa de éste. Pilar, su mujer, y Raúl, su hijo, les llevaron al aeropuerto. La versión oficial era que Bebo y Rolando viajaban «para cumplir un contrato en México», un contrato que no existía. «Bebo dijo que tenía una gira por México con Laserie y Pío Leiva. Iba a estar un tiempo en México, hasta diciembre. Eso fue lo que me dijo», asegura [su hijo] Chucho. Antes de irse, Bebo tuvo que firmar un documento en el que decía «que viva la Revolución». «Yo lo firmé, qué iba a hacer. Si no firmo no me voy. Me registraron de arriba abajo. Si hubiera llevado un peso cubano tampoco me hubiera ido».
Así que Bebo llegó a México sin un peso en el bolsillo. Sólo se trataba de marcharse. «Pero una vez allí nos hacían un contrato». Bebo y Rolando empezaron en La Terraza Casino. Juraron solemnemente que no regresarían jamás a Cuba y rompieron sus pasajes de vuelta con la Compañía Cubana de Aviación. «Yo fui uno de los primeros músicos que se fueron de Cuba. Fue difícil pero inevitable. Abandonar a tus hijos y abandonar tu casa con un contrato incierto y sabiendo que no podías volver más a tu tierra. Hice como Cortés en Veracruz cuando quemó las naves… Me dijeron bien: ‘O te vas o vas preso o te fusilamos. O estás con nosotros o no estás’. Yo tuve que escoger. Mi padre me dio un abrazo y me dijo que no le iba a ver más. No lo vi más. La última vez que habló conmigo, en 1977, mi mamá dijo que aunque olvidara nunca olvidara lo que fue mi padre y lo que yo fui… Yo sabía que todo lo iba a perder pero si tuviera que tomar una decisión de nuevo tomaría la misma decisión, y nada me remordería» [...].
Los Lecuona Cuban Boys [grupo al que Bebo se había incorporado en 1962 estando en España] llegaron a Suecia el 17 de abril de 1963. Habían sido contratados por Ove Hahn, el jefe artístico de Gröna Lund, el parque de atracciones más antiguo de Suecia y el número dos en cuanto a visitantes y extensión. Con cuatro orquestas activas al mismo tiempo, era un lugar que ofrecía amplias oportunidades de trabajo a los músicos. Como empleador de músicos en Suecia sólo lo superaba Radio de Suecia. Gröna Lund fue construido en 1883. Al principio fue un proyecto de aspiraciones muy modestas, pero con el transcurso de los años la actividad se expandió. Los años 30 fueron una época de prosperidad. Los negocios marchaban bien y la empresa se consolidaba. La elite del jazz sueco tocaba regularmente en sus pistas de baile.
Los espectáculos de Gröna Lund, que continuaron con éxito durante la guerra, pronto dejaron de tenerlo. Alrededor de 1960, cuando la empresa estaba prácticamente al borde de la quiebra, un cambio generacional en la dirección del parque llevó a la modernización de las actividades, a una ofensiva publicitaria dirigida por un jefe de publicidad de 25 años y a una oferta de actuaciones de gente de fama mundial lanzada por un director artístico de 26 años, Ove Hahn. Estos cambios anunciaron una nueva era dorada. Louis Armstrong, Count Basie y Duke Ellington actuaban allí con frecuencia y, al acabar los conciertos, el público de Gröna Lund podía bailar al son de sus orquestas. Uno de los establecimientos más importantes del parque era el restaurante Tyrol […].
En el Tyrol, la orquesta tocaba entre las ocho y las 12 de la noche. El contrato original era de dos semanas, pero una vez más los cubanos tuvieron mucho éxito, incluso cuando tocaron para la familia real de Suecia, y el contrato se prolongó durante bastante más tiempo. La banda actuó también en Gotemburgo para el vicepresidente de EEUU, Lyndon Johnson, que estaba de visita allí. El mismo Bebo estaba muy impresionado [...].
Según Ove Hahn, la visita de los Lecuona Cuban Boys en 1963 «fue una de las actuaciones más memorables que se dieron en Gröna Lund. Había muchos caballeros apuestos en la orquesta, y eso implicaba que hubiera muchas damas en el público, lo que a su vez implicaba que numerosos chicos vinieran a Tyrol para ligarse a las chicas que venían a ver a los músicos. De allí el gran éxito. En el sentido literal de la palabra se veía a la orquesta. Un número que fascinaba a todo el mundo era uno de esos de Lecuona cuando todos los músicos tocaban las maracas. Apagaban las luces. Todas las maracas estaban provistas de bombillas, de manera que lo único que se veía eran las maracas moviéndose en la oscuridad. Toda la música que se tocaba era de muy buen gusto. La música de Lecuona es exquisita, es decir, que se contaba con un buen repertorio. Y cuando Bebo llegó a ser arreglista todo estuvo muy logrado. Además era un pianista solista muy destacado y tenía unos números para poder lucirse, unos verdaderos números de show-off».
para leer la nota completa dirigirse a www.mundo.es.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)