Luego del Asalto y dejando al bailador perplejo y entusiasmado con los misiles lanzados con una puntería de la que solo es capaz el Dj. Curtido en mil cuadriláteros salseros, la banda salsosa se dirigió a una taberna cercana a continuar su melodiosa labor como lo delata la foto del encabezado entregada por un informante y la cual no tiene ningún montaje como alegan los sindicados.
Muchos de los Asaltados andan buscando a estos chicos malos ya que se rumora que otras tabernas requieren de sus servicios ya que la munición de la que se proveen no se ha logrado conseguir en los centros comerciales y solo algunas cosas en el mercado underground de la melodía.
Extrañamente entre las huellas dejadas por los asaltantes se encuentra la de un oso de grandes dimensiones por lo que muchos de los investigadores han desistido de continuar con las pesquisas, y la del temido entre las damas Juan Pachanga, quien se creía era un personaje de ficción creado por Rubén Blades. Se dice que Gary Domínguez fue el cabecilla de este asalto musical, y amenaza con continuar perpetrando este tipo de hechos para beneficio de la comunidad salsera que anda siempre buscando la melodía prohibida en la radio comercial.