Desde las 5 p.m. estaba ansioso, me imagino que todos en el parque de la música tenían ese mismo palpitar melódico. No recuerdo un músico del ambiente salsero que desde su primer álbum haya hecho las cosas a su propio gusto y rebeldía, y que 50 años después sea tan vigente, tan evolucionado y sin perder el sabor y la guapería, solo hay uno, y ese era el que íbamos a ver esta noche calicaribeña, mas caribeña que nunca, sin negro no hay guaguancó y eso era lo que había, mucho guaguancó, melanina al piso, la clave y la campana por los cuatro costados del parque.
Los melómanos y coleccionistas invitados redescubrían la discografía de Eddie Palmieri; Pat Quintana paseaba sus soneos por Cali, Chipichape y Yumbo, mientras la noche caía llena de estrellas, de las estrellas que pasaron por la banda de The sun of the latin music. El Parque de la Música, templo salsero, abarrotado de discos de todas las revoluciones y tecnologías, y de todos los precios, estaba lleno completamente a eso de las 10:30 de la noche, no solo de melómanos sino también de neófitos salseros contagiados por la ansiedad y el rumor de que El sol iba a aparecer en contados instantes.
Un poco antes de la media noche las campanas, las mil campanas sonaban la clave mientras los músicos empezaban a subir al escenario, primero Conrad Herwig, inmenso con su trombón de vara, luego José Clausell con su balaca blanca, y sus baquetas esotéricas, Jimmy Bosch cargado con su trombón cual arma bucanera, Bryan Lynch de sombrero Negro; no llegó Joe Santiago….. pero apareció Luques Curtis que a pesar de su edad ya lleva dos excelentes producciones discográficas con su banda (The Curtis Brothers Quartet), El grande Little Johnny se apropió de las congas, Karen Joseph con su pinta setentera y su Flauta afrodisiaca saludaba al público, Orlando vega llegó con sus bongoes; no lo podía creer cuando fueron subiendo uno a uno Ray Viera (coros), el grande Nelson González humilde y sencillo con su tres, luego Herman Olivera, de camiseta negra, empezó a organizar el micrófono a la altura de sus pregones.
El escenario empezó a iluminarse, Palmieri cargado con todo su legado musical subió al escenario, las campanas ensordecedoras lo recibieron, el alcalde en un acto protocolario le entregó las llaves de la ciudad a “Eduardo Palmieri Morales por su valioso aporte a la música latina……etc.. “…. pero esta Cali Caribe ya le había entregado el corazón y el odio salsero a Palmieri desde hace mas de cuarenta años, ya se lo había bailado en todas las rumbas, verbenas, agualulos, discotecas, salsotecas, en cada esquina y cada calle, Palmieri había sido adorado, llorado, bailado y admirado, así que señor Alcalde termine rápido por favor….
“Yo quisiera saber…. Lo que te molesta de mi…. Yo quisiera saber lo que te molesta de mi”…. Y el parque no se cayó por que no tenía graderías, “… soy el molestoso… eh eh eh…” la banda perfecta, bien afincada, y sin miedo, se estrena Luques Curtis en Cali con un tremendo solo de Bajo, no al estilo de Joe Santiago, sino al mejor estilo de Andy González, sus mismos gestos y tumbao.
“Cuidate Compay…. No creas en nada…. Mira que te caes…” Karen Joseph en la flauta solos impecables, los coros perfectos de Nelson Gonzalez, Herman Olivera y Ray Viera, goce al ciento, y José Clausell cual malandro pegándole a los timabales...
Luego “Tirándote Flores…” que haría famoso en Cali el Bobby Valentín, aquí mas lento, mas sabroso, con la fuerza incontenible de los vientos….. Nelson González descargando, los melómanos enloquecidos.
Luego con un pequeño intro de Palmieri…. “Muñeca ….. quiero que me perdones…. Muñeca… que no lo hago mas…”. Herman Olivera digno heredero de soneros pregonando, solos impresionantes de Jimmy Bosch y Conrad Herwig, todos cantaban, muñeca, disco apropiado por Cali, desde las viejotecas hasta las salsotecas timberas lo tienen en su repertorio por su lamento amoroso, por sus trombones agrios, por la voz bajera de Pat Quintana.
Luego un Cha Cha Cha criminal… “Lázaro y su micrófono”…. Palmieri con un espectacular solo de piano, llega José Clausell con su esotérico timbal, descargando, y Karen adornando el cha cha cha con su flauta brillante y sonora.
Y por último Azúcar y Vamonos pa´l monte, el parque volvió a temblar…. José Clausel y Orlando Vega descargando…. Pequeño Johnny…., los vientos adelante, Bryan, Jimmy y Conrad descargando al frente de la tarima… final con descargas de vientos y cueros, el sol brillando en Cali, Palmieri el mas grande nos dejó con este recuerdo inolvidable, “Vámonos pa’l monte… pal monte pa guarachar…”.
Y luego… con el corazón al borde del infarto salsero pegamos pa’ la Salsoteca la Ponceña… por que el monte me gusta mas…