Sonando el tambor conjuga el golpe de la buena salsa, una letra pensada con criterios estéticos en homenaje al eterno misterio del tambor, y el baile que no nos puede faltar. Esas tres cualidades han hecho posible su público reconocimiento, y por eso para nosotros es más que el disco de la feria. Una obra que fortalece nuestra salseridad. Pero este galardón hay que divulgarlo, que suene a los cuatro vientos como el tambor que nunca he dejado de sonar, para que se ratifique en lo más alto, como limpiamente lo ha ganado.
Su éxito y reconocimiento debe extenderse a a las demás composiciones que integran la primera producción de ClandEskina, como debe extenderse el apoyo a David Gallego y a todos los muchachos de la orquesta. Las demás canciones, aunque no han sido muy sonadas, poseen la calidad del son montuno, el secreto de la clave y el sentimiento del barrio. Por eso y por ser no sólo la creación de jóvenes caleños, que indican un relevo generacional, sino por sus cualidades artísticas, Sonando el Tambor es mucho más que el disco de la feria.
DIC 27/2012