Ya sin la fuerza del imaginario santero afrocubano pero con su genialidad musical viva, usan el mismo vehículo musical salsero para transmitir su nuevo mensaje evangelizador, la misma invitación al bembé pero con la doctrina cristiana como partitura que evita los excesos de la vida mundana, es entonces cuando nos dicen que no debemos ser como los fariseos que soltaron a Barrabás, que siempre hay un mejor ambiente, “algo diferente” y que el “ungido” nos da “la oportunidad” de buscarlo y encontrarlo.
Déjalo Déjalo entrar y tu vida cambiará
La salsa, hija como es de los ritmos afrocubanos, y estos a su vez hijos como son de los cantos rituales ancestrales de las tribus africanas, desde sus inicios ha tenido como una de sus temáticas el cantarle a todas las divinidades del responsorial santero cubano y luego, cuando la salsa dejó de ser vista como el disfrute infernal aquí en la tierra por parte de los coros celestiales de la cristiandad, y acogiéndose a la frase que dice “el que canta ora dos veces” empezaron a sonar también discos dedicados a alabar al Altísimo, al Todo Poderoso, al que le cantó Héctor Lavoe antes de que llegara su final.
Un ejemplo claro del trasegar de la salsa por la religión es la obra musical de Richie Ray & Bobby Cruz, que inicia su carrera cantándole a el mulato al niche que facha rumba lo altare la araché, y luego le canta a adasa, “ayúdame adasa dame tu bendición”, le canta al abakuá y a Changó, y nos invita a jugar bembé a casa de Pinki “mientras nos quedé ron no tomaremos agua, porque el agua solo sirve para irse a bañar”. Pero “El diferente” Richie Ray, recibe la mano divina del “Maestro”, lo rescata de su vida llena de excesos pero vacía y al borde del abismo, y luego Bobby Cruz es quien recibe la llamada del “Altísimo”, y se consagran a una nueva iglesia en Cristo alejados del bembé y el Yenyeré.
Ya sin la fuerza del imaginario santero afrocubano pero con su genialidad musical viva, usan el mismo vehículo musical salsero para transmitir su nuevo mensaje evangelizador, la misma invitación al bembé pero con la doctrina cristiana como partitura que evita los excesos de la vida mundana, es entonces cuando nos dicen que no debemos ser como los fariseos que soltaron a Barrabás, que siempre hay un mejor ambiente, “algo diferente” y que el “ungido” nos da “la oportunidad” de buscarlo y encontrarlo.
La salsa en su permeabilidad y con su alma de barrio permite ahora que además del espíritu afrocubano, sea el espíritu cristiano el que se pueda transmitir a través de su pentagrama, y después de Richie Ray empezaron a llegar otros que también habían recibido el llamado de la bienaventuranza, Tony Vega, Alex de Castro, Luis “Perico” Ortiz, por citar algunos, que además de transmitir un mensaje religioso lo hicieron sin olvidar el sabor y los buenos arreglos, que recordamos ahora también ejecutada por Cesar “Chino” Perez y Caribbean Salsa Praise, que hacen que nos apeguemos mas a esta salsa divina que a la salsa monga y pagana con sus arreglos simples y vacios, como una vida llena de excesos.
Ya sin la fuerza del imaginario santero afrocubano pero con su genialidad musical viva, usan el mismo vehículo musical salsero para transmitir su nuevo mensaje evangelizador, la misma invitación al bembé pero con la doctrina cristiana como partitura que evita los excesos de la vida mundana, es entonces cuando nos dicen que no debemos ser como los fariseos que soltaron a Barrabás, que siempre hay un mejor ambiente, “algo diferente” y que el “ungido” nos da “la oportunidad” de buscarlo y encontrarlo.