Alomía, que había llegado a tiempo, como yo en los viejos tiempos de la Latina que antes de las nueve ya estaba sentado en la barra conversando con Osman, o con Gonzalo, o Richard Yori, Djs que pasaron por esta escuela de sonoridades, me llamaba insistentemente queriendo confirmar que yo estaría presente en la cita obligada con el reencuentro, con el pasado del que nadie se escapa, como diría Yuri Buenaventura.
El ambiente Latinero se respirada desde la calle abarrotada de carros, aunque ahora que lo pienso era más bien mi corazón salsero el que se anticipaba al encuentro con la rumba y la melodía. Alonso ya estaba parchado con todos sus secuaces (Jorge, Camilo, etc) rumberos en el antejardín de la Casa Latina, y ahora, si sentía de verdad el ambiente que se respiraba en la calle quinta al frente de la Clínica San Fernando cuando La Latina tenía allí su sitio de reunión.
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Gary, Dj errante pero no errado, transpirado y trainspirado, convertía la mística del acetato en mística melódica, la música latina, la música de La Latina sonando again, un saludo un abrazo salsero con el Dj, vuelvo a la mesa, de donde me levante, brindo con mi pana Alvaro cuando suena La Mozangua, o la Puerto Rico All Star, o cuando suenan ambos mas bien, bailo con Aleja, por que VanVan es mejor bailado, Sergio el vanvanero, también baila con VanVan, baila Maria Claudia, y baila Larry Joseph.
Ahora que lo recuerdo cuando mi mirada empezó a recorrer la historia escrita en cada afiche puesto en la pared, el nerviosismo con el que llegué se transformó en la misma sensación que tuve cuando llegué por vez primera a La Latina a mis diecisiete, y Gary me recibió con seis horas de Larry Harlow. Audición criminal.”.
A propósito de Afiches Latinos, en la Casa Latina vi este, se acuerdan?
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