De las cosas más emocionantes al llegar al encuentro de melómanos y coleccionistas, además de saludar a todos los amigos que no veo en un año, es encontrar tanta gente desconocida, cientos y cientos de personas llegando a un espacio inmenso donde se rinde tributo a la música afrocaribeña, donde los melómanos de todos los credos melódicos exponen su gusto y su saber aprendido en las rumbas, en la calle, en la esquina.
El encuentro de Melómanos y Coleccionistas ha llegado a sus XXIII años lleno de salud y madurez; ya no es el evento relegado de la feria, ubicado en un espacio mínimo, donde estábamos los que “sabíamos” pero no los que querían saber. Es cierto que tenía su encanto, su ambiente bohemio y de ghetto nos recordaba las noches cálidas de calles sonoras donde empezamos a enamorarnos de la música, pero perdíamos la oportunidad valiosa de dar a conocer a muchos la cultura inmensa que se encierra en los sonidos afrocaribeños.
Y si, el XXIII Encuentro de Melómanos y Coleccionistas ha abierto espacio para todos: el coleccionista consumado y el melómano inquieto llegan temprano para tener la oportunidad de ojear sin prisa la melodía de los stands de venta de música, donde volvió después de muchos años de ausencia en nuestra ciudad el sello EGREM, con música que solo se tiene oportunidad de conseguir fácilmente en los días del Encuentro de Melómanos; es grato ver que aún somos muchos los que compramos música y sentimos flujos de adrenalina cuando encontramos el oscuro vinilo del deseo. Y también, para el que llega temprano, se han organizado valiosos conversatorios durante el encuentro, que en este caso tuvieron como invitados al productor musical René López, al pianista Eddie Martínez, al cantante Ismael Rivera Jr., al pianista Alfredito Linares y a las cantantes María del Carmen Alvarado (Yemayá) & Francia Elena (D’Cache).
Llegan también al Encuentro de melómanos y Coleccionistas los rumberos, y hay para ellos todos los souvenirs salseros, desde la camiseta estampada y el afiche hasta la campana, el güiro y las maracas, llegan de otras ciudades, de otros países, a fotografiarse con los posters gigantes de Arsenio, de Lavoe, de Bebo Valdes, con el gato luminoso de Tejada, y llegan cientos y cientos de almas de la galaxia del crossover y encuentran una propuesta melódica alterna más allá de la radio incolora e insabora, llegan muchos quizás esperando solamente la orquesta invitada, o un espacio para comer, pero se terminan llevando la inquietud de que hay una mejor vida más allá de la música comercial que se promueve por los cuatro puntos cardinales de la sucursal del cielo.
Y para los que no pudieron estar de manera física, la emisora virtual Rumba y Guateque realizó la transmisión total del Encuentro de Melómanos durante los 5 días, incluyendo los valiosos conversatorios, aumentando así la audiencia de este evento.
Y para los que no pudieron estar de manera física, la emisora virtual Rumba y Guateque realizó la transmisión total del Encuentro de Melómanos durante los 5 días, incluyendo los valiosos conversatorios, aumentando así la audiencia de este evento.
Y por tratarse la música de un arte que mueve nuestras profundas hebras sentimentales, es totalmente previsible lo que pasa todos los años, melómanos criticando a melómanos, muy “comercial” dirán unos, muy “rebuscado” dirán otros, pero se murió Chespirito y no aprendimos de sus dichos mal dichos: “la ropa sucia se lava en casa”, se prefiere amplificar en las redes con burla el “descache” musical en vez de tomar el camino corto y amable de la crítica personal y sin difamación. Igual habrá descontento de una parte de los que no son invitados, lo que es señal del valor que le dan los melómanos de hacer parte de los programadores durante el Encuentro de Melómanos.
El XXIII Encuentro de Melómanos y coleccionistas ha sido un éxito, se invita a todos los melómanos a que el aporte crítico sea para construir un espacio más grande y más internacional cada año, que al igual que el salsodromo, se convierta en uno de los eventos más importantes e imprescindibles de la Feria de Cali. Hay mucho por hacer, muchas temáticas por explorar, muchos melómanos y coleccionistas por invitar, y mucha música por disfrutar.
Que la salsa nos acompañe for ever.
Enero 6 - 2015