CIUDAD DELIRIO UNA POSTAL MUSICAL DE CALI


Al terminar la película te sentís más caleño que nunca. Carolina Ramírez interpreta, (o se interpreta a ella misma), de una manera real a esa mujer caleña que nos encontramos todos los días en la calle, en la esquina del barrio, con sus líos sentimentales, con sus ganas de bailar, con su belleza, nada que ver con la Juanita Arias de “Amores Peligrosos” la película de Dorado, que siempre lució postiza, mas rola que caleña, y que nunca aprendió a bailar.

Ciudad Delirio exalta a esa Cali alegre, de paisajes coloridos, que ama el baile y la música, una Cali que sigue existiendo a pesar de todo, con sus escuelas de baile en cada barrio, con sus bailarines de pelo teñido que nos encontramos en el MIO, en todos lados; una exaltación también a Delirio, ese proyecto que ha elevado de categoría la cultura del barrio, su baile y su música, difícilmente los estratos medio-alto y alto podrían conocer la cultura que se gesta al oriente de la ciudad sino fuera por Delirio, más que merecido y casi obligada su exposición en esta cinta. 
Le molesta al crítico de cine Iván Gallo que mes que una película Ciudad Delirio es una postal, y acaso es pecado hacerle este homenaje a Cali?, que recuerdos nos quedan de películas como “Amores Peligrosos” la otra película caleña, una bomba en una droguería, la insípida escena lésbica con Kathy Sáenz, una desmejorada actuación de Marlon Moreno, y la forma merenguera de bailar de Juanita Arias.
No todas las películas deben ser sobre la denuncia social o la apología a los grandes capos del Cartel de Cali, o hechas para ganarse un premio. Esta película nos deja el dulce sabor de esa Cali que existe y que queremos que se multiplique, esa Cali del melómano entregado a su mística por el vinilo, a unos muchachos entregados a una vida alrededor del baile y no de la vida traqueta, una Cali que nos merecemos. Y si, puede también decirse que es un gran comercial a Delirio, hubiera sido buena idea que este tipo de comerciales se hubieran hecho también en los 70s con sitios como El Séptimo Cielo, o en los 80s con la Casa Latina, tendríamos una valiosa ventana a la atmósfera salsera de esos tiempos, la música, la moda, las forma de bailar y de aprender la música, de unos años brillantes de nuestra ciudad. 
La trama de la historia, es como todas las historias de amor, siempre rosas, con un primer encuentro, un nudo emocional y un desenlace feliz, no son todas así?, la trama es solo un pretexto, no fue así en Manhattan de Woody Allen de 1979?, obviamente guardando las proporciones ya que no somos la capital del mundo sino la capital de la salsa, lo que impulsó a Woody a hacer esta película fue su amor por Nueva York y su amor por la música de George Gershwin, después de verla se nos olvida la trama, nos queda es ese sabor musical de Gershwin y esas postales de Nueva York, nos queda en el recuerdo la imagen de Ismael Miranda en un poster de refrescos en una de las Calles de Manhattan. Así es Ciudad Delirio, como una postal.

Ojalá nuestra ciudad se olvide de sus amores peligrosos y traquetos, y delire mucho mas alrededor del baile y la música.

2014-Abr-18