Diego Romero, Diego Salsa, es un pana de la rumba, lo conocí en Osos Taberna, en la rumba, en la barra con su nena, yo en la barra con mi guaro; el montuno, la timba que aún no inundaba al barrio, el golpe de Puerto Rico, Nueva York y California, todo eso sonaba en la Taberna de Alonso Alomía, Diego Salsa, todos se los gozaba, todos se los goza, todos se los baila, respeto pa’ los mayores bailadores de Yambú, su corazón ColomboVenezolano siempre abierto a todas las sonoridades donde el sabor afrolatino se sienta. Diego Salsa, Diego Romero, sigue en la rumba con su nena, en la pasión salsera que lo llena, que nos llena, que inunda al barrio, sigue en el barrio, seguimos en el barrio; me invitó a compartir con Alonso Alomía las perillas del Dj en Nuestra Herencia, valioso escenario salsero del movimiento telúrico que es esta salsa subterránea que no se escucha en la radio. Cumplimos la cita, cumplió el bailador, cumplió el barrio, Nuestra Herencia salsera sigue firme.