Por eso es que a los melómanos a veces no nos quieren, para que nos guste un documento musical debe ser hecho casi a nuestra imagen y semejanza, con la música que se ajuste a nuestro oído y con los datos y anécdotas para nosotros imprescindibles, y algo hay de esto en algunos comentarios de mis pares que he visto sobre el documental “Busca por dentro” de Jairo Varela, a mí, melómano como soy, pero tan caleño como el aborrajado, me pareció maravilloso y me conmovió hasta la lágrima.
No somos los melómanos el ombligo del mundo, somos ese menos de un uno por ciento de la humanidad que vive feliz dentro del surco del vinilo y averiguando los créditos de una canción, eso nos puede volver incomprendidos pero no puede alejarnos de la realidad, y la realidad está más allá de la carátula de un elepé; y así fue que se retrató a Jairo Varela en “Busca por dentro”, real y terrenal, nacido en el Chocó, sufriendo la vida de un niño pobre en un pueblo pobre, luchando hasta el hambre para alcanzar sus sueños en una ciudad a veces hostil, su vida en la cima en la sucursal del cielo, su paso a un destierro entre cuatro paredes, y luego su muerte temprana, quizás con mucha soledad en su corazón.
Ya lo demás es accesorio, “busca por dentro” no es un tratado de etnomusicología, es la vida de Jairo Varela contada por Él y por sus amigos y parientes, es recorrer los lugares que Él caminó, es tratar de volverlo universal interpretando su música desde otras perspectivas, no solo la de la salsa para la cual vivió, y murió. No era necesaria la exhaustiva cronología de sus producciones musicales, ni las anécdotas de todas sus composiciones, ni mucho menos el detalle profundo de sus influencias musicales, para esas inquietudes melómanas hay otros escenarios.
Y si me preguntan, es cierto, no me gustaron un par de discos, pero no los quitaría, hay un 99% de personas que se sentirán atraídas por esas sonoridades más allá del titicó de la campana.
Al final del documental, confiesa Jairo Varela que El había vivido para la música, y que por eso había descuidado todo lo demás, que se sentía solo, si, como nosotros los melómanos, confieso que lloré al final.
2016-12-13