Después de ser espectador, oyente atento de diez años de audiciones en la
Taberna Latina, el pasado sábado 5 de Febrero
Gary Dominguez me invitó a audicionar en la
Casa Latina, el mítico sitio que recoge parte de la vida salsera de esta
Cali de mil historias salseras.
Con el cuidado y la dedicación que quizá tuvo Johann Gutenberg cuando colocaba las letras de molde para imprimir su primera biblia por allá en 1455, dedicamos una semana a organizar la programación, los videos, la discografía, y las fotos de los discos que presentaríamos en la audición.La intención era llevar a las tres dimensiones (la cuarta es el tiempo dijo Einstein) el trabajo que venimos haciendo en el ciberespacio.
Allí estuvieron presentes los amigos, era una reunión de amigos. Disfrutamos la música, hablamos de música, bailamos y bebimos música.
Hicimos un recorrido, incompleto obviamente, por las mejores producciones afrolatinas de los años 2,009 y 2010, desde el jazz hasta la salsa progresiva. Hubo un pequeño Stop para compartir esa música que embriaga el timpano, el
bossa nova, en su envase original y convertido en salsa. Para necesaria para transmitir el sabor de este blog, hijo del barrio y la calle.
Al final se aprendió, todos aportaron su conocimiento, y su gozó, todos aportaron su alegría. Gracias a todos los que me acompañaron. Se les recordará por siempre.
El Dj Chino se hizo presente en la Casa Latina de Gary Domínguez con todo su explosivo cargamento musical, cerrando así el ciclo de 4 sábados dedicados a explorar las propuestas salseras de los que nos dedicamos a transmitir el sabor salsero que se respira en esta Cali Caribe a través de la red global.
Dj Chino, con la sencillez y energía cósmica salsera que siempre lo acompaña, compartió su visión melomaniaca de la primera década de este nuevo milenio, confirmando así que la salsa sigue arriba, renovándose, alimentando los inquietos oídos del barrio caleño, que la cultiva y la preserva.
Fue una noche de encuentro con los amigos que la música a hecho, la clave vibró y todos bailamos, Gary anticipó la próxima audición de Tito Rodríguez con un bolero suicida. Natalia Triana, en trabajo de campo preparando su tesis de grado, transpiraba rumba, todos éramos figuras antropomorfas envueltas en notas de salsa y sabor.
El Ron Habana Club, perdón Havana Club, llegó de las manos democráticas de Andrés Diaz Pachanga, quien lo compartió sin distinción de estado de embriaguez o lucidez musical; el olor sublime del ron me hizo dudar de si era mejor tomarlo o aspirarlo para desinhibir mis neuronas inhibidoras.
Noche Fantástica que nos regalo el Dj Chino antes de iniciar su viaje por este planeta azul con la misión de regar como si fuera polvo de estrellas el sabor salsero que se respira en mi Cali Salsera per secula seculorum.
